Estos días he estado pensando en las situaciones que pasamos lo que leemos el tarot: nos tachan de brujos, de estafadores y a veces de locos que no hacemos más que jugar con las cartas.
Yo tengo como política que si alguien, aunque sea familiar, viene a que según él lo convenza de que sé leer las cartas, no se las leo. Así de simple, no doy justificaciones ni espero que entiendan que no soy vidente. Me han tocado personas que viene a “ver si sabe”, porque han visitado muchos lectores de cartas que a su parecer son muy buenos por que les dicen hasta fechas y lugares donde les van a pasar las cosas, creo que hay que poner una línea divisoria entre un lector de cartas y un vidente.
Me toco una señora terrible: a cada cosa que le decía, refutaba: “no es cierto, no es cierto, eso no me pasa”; primero me dijo que “es la primera vez que me las leen” –si como no, pensé—luego resultó que se las leen a cada rato y quería ver si yo sabía. En ese momento le dije: “señora gracias pero no le puedo leer las cartas”, guarde mi mazo y se sorprendió de mi reacción, pero se dedicó a contarme su vida (donde constate que si tenía razón en lo que le había dicho). Tomé la decisión de hacerlo porque no podía dedicarme a decirle lo que quería oír.
Yo siempre les digo que leo la carga energética y les doy opciones de lo que puede suceder, además de transmitir los mensajes que deben recibir. Yo no soy vidente ni mucho menos para ser tan irresponsable de decirles “en tal fecha tu perro se va a morir” (por así decirlo, puede ser una caída o un familiar).
A mí las cartas me ofrecen un panorama general, si me dieran fechas y nombre de personas tengan por seguro que estaría en ese momento cerrando mi negocio de lecturas y me dedicaría a jugar a la lotería para hacerme millonaria y a coleccionar mazos, digo ya que están las opciones puestas.
Es muy complicado hacerle entender a las personas que tampoco hago trabajos mágicos, amarres y demás cosas que asocian con las lecturas; me han tocado personas que quieren que les haga un amarre (a menos que le amarre al novio y lo amenace no veo modo que regrese), trabajos para ganar un empleo o lo mejor: un señor que vino a que le leyera las cartas y me salió con que quería que su amante y su mujer se amigaran para irse a vivir todos juntos y él no tuviera que mantener más casas. ¡Háganme el favor! No lo eché y lo regañé porque al final eso no me correspondía, lo único que le dije fue que no era mi rama.
Cuesta trabajo manejar estas situaciones y sobre todo tener el sentido del humor para asumir que esto pasa. Así que el día de hoy insisto:
No convenzo incrédulos y no, no me dedico a hacer brujerías.
Mariana Aguilar
Extraído del blog: La casa del Tarot
http://tarotmazosymuchomas.blogspot.com.ar/2010/07/no-convenzo-incredulos-ni-hago.html