lunes, 21 de noviembre de 2016

Aniversario del Día del tarotista


Día Mundial del Tarotista

6º aniversario




Y aquí estamos! Un año más de festejo! Otro 22 de noviembre más para celebrar el Día Mundial del Tarotista! La fecha en la que todos los que, de alguna manera, tenemos contacto con esta disciplina nos saludamos afectuosamente.

Ya pasaron 6 años de ese momento en que decidimos elegir nuestro propio día conmemorativo y separarnos del festejo del World Tarot Day, que no compartíamos por no sentirnos integrados idiomática ni culturalmente. Y al cual nos opusimos (buscando nuestra fecha desde el practicante) los más rebeldes de aquel grupo de Facebook, que se lo ha querido apropiar casi como una idea de su creadora.

Los que estuvimos allí sabemos que no es así, por eso insistimos siempre en el festejo en todos los niveles y en compartir esa fecha como una fiesta para todos aquellos que elegimos esta profesión; un día para compartir saludos y hacerle saber a los demás que estamos orgullosos de lo que hacemos, que no todos los tarotistas son negociantes y que compartimos conocimientos pero sin dejarnos usar por los vivos de siempre.

Por eso, a todos aquellos que siguen en la búsqueda del conocimiento, de develar los misterios del tarot y luego aplicarlos como una enseñanza de evolución personal o como una guía para vislumbrar una posibilidad mejor ante las encrucijadas que coloca la vida, va nuestro saludo.

Es nuestro día, y nos lo ganamos a costa de discusiones, de aclaraciones, de ser tomados por ignorantes por quienes ni siquiera saben de qué se trata y de intentar que los demás comprendan que el asunto no es “adivinar” nada. De allí que se le cambió el nombre inicial de “taromante” (tan sectorial y cuyo significado real remite a “adivinación a través del tarot”, para lo cual ya estaría “cartomante”) por el que describe más a los cultores del tarot: tarotista

No queremos ser sectoriales, queremos que nuestro día lo festejen en todos lados! 

Por eso, tarotistas del mundo… 



¡Levantemos nuestros “mazos” y brindemos a la distancia!





¡Feliz día del tarotista!



Compartamos con todos nuestro festejo, nos lo merecemos!



Liliana Cavallini



Nota:

Para quien quiere saber la historia de por qué elegimos esa fecha para festejar nuestro día, los invito a ingresar en el siguiente link Día mundial del tarotista: la historia




viernes, 24 de junio de 2016

Memorias de una tarotista (1)



El “estigma” de todo tarotista: los pedigüeños


Cualquier persona que se reconozca públicamente como tal deberá enfrentar todo tipo de situaciones, desde una posible marginación (obviamente por la ignorancia de los marginadores, como siempre ocurre) hasta una catarata de pedidos al ritmo de “Sos tarotista?” y detrás, el infaltable: “Me tirás las cartas?” .

Cualquier pretexto sirve, desde la consideración de que es una obligación “si no se pierde el don” hasta la más variada colección de posturas lastimosas, pasando por el infaltable Yo solo voy a creer si me las lees y acertás!” (jaja! como si a mí me importara que creyera o no!)

Ni qué hablar de comentarles que, como  todo servicio, requiere una contraprestación, generalmente de tipo económica. Allí se muestran totalmente sorprendidos:


- Qué?.... hay que pagar? Pero si es solo una pregunta! (que seguramente se transformará en 10).

Cuando se les dice que sí, que es lo que corresponde dado que es nuestro trabajo, nuestra profesión, comienzan unas justificaciones (apoyados en una suma de supersticiones al respecto, dignas de la mejor novela jamás escrita) que hacen que uno, con la práctica, se las ingenie con las respuestas más insólitas (luego de tantos años, y las repeticiones constantes, ya se lo toma con humor)

- Pero... si es un don!... no se le debe brindar a todo el mundo?

- No, no bebo! (contesto recordando al Don Pedro)


Y allí se contraataca:

- Vos trabajás gratis?

- Nooo!!!! Cómo voy a trabajar gratis! Pero lo tuyo es distinto!… a vos que te cuesta sacar unas cartitas?

- Costar? Nada! Yo vivo de la caza y de la pesca! Es más, los mazos me los trae el río!

Y allí, dependiendo del conocimiento que se tenga de la otra persona vienen los consabidos: qué maleducada!  qué carácter podrido! O, “Con vos no se puede hablar!”

- Si, se puede hablar! Lo que no se puede es tomarme por tonta! Jaja!

Y esto se repite multiplicándose diariamente en cada ámbito en que se lo menciona, ni digo en la familia o amistades. De golpe aparecen amigos de todos lados, hasta los que uno no conoce pero resulta que es el amigo de un amigo y así seguimos… Y esto debería ser tenido en cuenta por quien se inicia en esta temática… salen de abajo de las piedras!!!!

Y, lo que es más gracioso aún… muchas veces, cuando se les dice que no, contestan:

- Mejor, yo no creo en nada de eso!… (Y para qué pide, entonces?…  de molesto nomás?)

Y si… la gente supone que su tiempo es el único que vale, que su problema está por encima de cualquier otra cosa y que todo el mundo está a su servicio, más en la temática que nos ocupa. Decir NO a tiempo, evitará luego problemas cuando los pedidos se repitan y se transformen en abuso.




Por eso:

Tarotistas… resistan! Son insistentes! 
Si aflojan una vez, luego no habrá marcha atrás!

(No digan que no se lo advertí!)



Liliana Cavallini

Extraído del blog: El tarot y sus misterios



domingo, 10 de abril de 2016

Por qué jugamos en Misterios?



No es ninguna novedad que el juego es un auxiliar muy importante para el aprendizaje en los niños pero también en los adultos, y el tarot no escapa de esta visión. El juego en el adulto agiliza la mente, estimula la creatividad y abre la puerta para tener en cuenta otros puntos de vista sin imposiciones teóricas “cuasi inapelables”. Estas razones, además de las ganas de pasarla bien, han hecho que los incluyamos en nuestras actividades grupales.

Por eso, desde que comenzamos con el grupo, centramos la idea en colocar juegos, o pasatiempos, que involucraran (de una u otra manera) temas que permitieran buscar nuevos costados en el aprendizaje del tarot. Así surgieron numerosas propuestas: comparaciones de todo tipo (si fueran plantas, animales, paisajes) y un sinnúmero de asociaciones de las que no quedaron fuera las canciones, películas, cuentos infantiles, frases, arte pictórico y otras opciones más terrenales como la comida. Hacerlos enfrentar en “luchas” nos permitió encontrar su lado “negativo” hecho que nos acerca mucho a sus significados invertidos.

La idea es esa: jugar y, al mismo tiempo, aprender sobre este antiguo arte, actualizándolo a las cosas cotidianas pero sin perder su esencia y dándole su costado contemporáneo.

Quizás muchas personas, acostumbradas a la enseñanza tradicional del tarot, no comprende el estilo del aprendizaje a través del juego (el romper las estructuras) y esperan hallar los típicos datos tradicionales (aunque los puedan encontrar  en cualquier libro o en miles de páginas de internet) servidos en bandeja: que se coloque una carta con el epígrafe: “si sale al derecho es tal cosa y al revés, tal otra”. No es nuestra forma, aunque lo hagamos en determinadas ocasiones o ante alguna pregunta específica.

Igualmente, para quienes les gusta teorizar, o probar sus conocimientos (hecho que se ve en los programas de preguntas y respuestas donde tratamos de probarnos contestando en casa), también armamos acertijos, crucigramas, rompecabezas y muchos juegos “dementes”, donde se puedan accionar esos conocimientos teóricos y así completar las consignas. Nuestro propósito varía entre pasarla bien y la necesidad de lograr “abrir mentes”, para aumentar la percepción, jugar con la creatividad (que muchas veces se dispara asociando ideas que, quizás en un principio, no tienen nada que ver entre sí hasta lograr alguna conexión) y así provocar a la intuición, para que haga acto de presencia en el momento oportuno.

Alguien dijo “Volved a ser como niños” y quizás esa sea la forma de romper esas estructuras, creadas por la costumbre, y nos permita abrir la percepción a “algo más”; y de eso se trata el tarot: de vislumbrar otras cosas que no se ven a simple vista, o solo se sospechan, ahondar en una problemática y buscar alternativas para que quien consulta sepa dónde está parado y decida si avanza o no. El futuro… luego se verá! Primero caminemos el presente…

Con el paso del tiempo, seguramente algún integrante en una consulta, recuerde alguno de estos juegos y consiga dar más información al ver una carta, que no solo sea lo que dijo el autor de turno. Jamás me voy a olvidar el “barwoman” de Nicolás Rosas, al ver a la Templanza (y estar jugando al juego de las profesiones) ni las descripciones “atuendo/posicionales” de Marina Castagnino, que es capaz de darle la vuelta a un dobladillo para agregarlo a la interpretación del personaje, y eso solo lo da el liberarse al jugar .

Por último, tengamos en cuenta que:


“El tarot no deja de ser un juego, solo hay que atreverse a jugarlo”



Liliana Cavallini





lunes, 21 de marzo de 2016

Cómo formular las preguntas




Uno de los puntos clave de toda buena práctica con el tarot es la formulación de las preguntas. Siempre creí que ahí radica el problema más grande con respecto a la eficacia de la tirada.

Para empezar la consulta se mezclan las cartas, recordemos que una buena mezcla garantiza mayores posibilidades de acierto y hay muchísimas maneras de efectuarla. Algunos tarotistas preguntan nombre, fecha de nacimiento, signo... yo ya no lo hago porque no veo diferencia entre saber esos datos o no (probé los dos sistemas).

Depende el tipo de consulta, a veces recomiendo usar solo mayores. Lo aprendí así y me funcionó, por ejemplo si vamos a hablar de características de personas. Para otras preguntas creo que los menores amplian e iluminan muchísimo la cuestión (por ejemplo cuando hablamos de deudas, cuernos, estudios, objetos perdidos, proyectos laborales, alquileres, tiempos). Cito a mi maestra Liliana Cavallini para decir que "Los arcanos mayores son las causas, y los menores las consecuencias".

Ahora si, llega el momento. Hay quienes no saben con claridad sobre que asunto consultar -muchos en realidad no se animan a decir en voz alta lo que quieren saber y usan las primeras preguntas como calentamiento-. Esas personas suelen preguntar en general. "Hablame de amor", "Hablame de salud" "Decime en general". Premisa básica que me enseñó Mariana Aguilar "A preguntas generales, respuestas generales". Sé que no es cierto siempre, hay tarotistas que pueden ante una pregunta muy general, abordar las situaciones más específicas de la vida del consultante, pero desconozco el método o la codificación que utilizan y creo más bien que son esos que usan las cartas como un estímulo que dispare su intuición o su clarividencia, digamos el don que muchos presumen sin tener.

Hay muchos otros que preguntan de forma específica. Veamos esos casos.

Ante una pregunta del tipo de "¿Cómo voy a estar de salud?" lo primero que hay que comprender es que es una pregunta que se contesta por "bien", "regular" o "mal"; y que lo que salga será una respuesta predictiva, porque la pregunta es a futuro, no se preguntó por un consejo de salud, o por una descripción de mi situación pasada o por un diagnóstico específico (que son obviamente, preguntas totalmente válidas).

Otras preguntas son por ejemplo del estilo de "¿Fulano me quiere?", que se contesta de dos maneras: "si" o "no". No hay vuelta. Lo que terminamos haciendo cuando no escuchamos las preguntas es contestar dando rodeos interminables, "fulano es una persona muy caprichosa, en este momento está cansado". ¡¡No se preguntó por cómo es fulano como persona o como está, se preguntó si me quiere!!

Muchos usan el tarot para consultar dudas más complejas o lejanas de los asuntos cotidianos, por ejemplo "¿Hay vida después de la muerte?" puede salir el as de oro, por ejemplo. ¿Cómo lo codifico? Hay quienes te dirían que derecha es "si" e invertida es "no", en un segundo lugar, observarían la carta puntualmente. As de oro, podría ser que hay un nuevo comienzo tan concreto como el anterior, (¡que se yo! ¡estoy jugando! y me pregunto si alcanza una sola carta para tamaña cuestión).

Un error común es mezclar dos preguntas en una: "¿Cómo me va a ir en la oficina este mes, me conviene renunciar?" El tarot contesta más claro de a una pregunta por vez. Tampoco sirven mucho las preguntas como  "Si yo fuera a vivir a mar del Plata, podría conseguir un trabajo que me permita comprar un auto". 

Otro error muy típico de las tiradas que los tarotistas nos hacemos a nosotros mismos es el de esperar que salgan las cartas que nos gustan, quedarnos en blanco ante las que aparecen y volver a tirar (o pedir consulta gratis, XD) y no es porque las cartas no quieren hablar, ¡por dios! no nos hagamos los tontos, somos nosotros los que no queremos ponerle palabras a las imágenes que nos devolvió el mazo.

En la autoconsulta me parece que usar un modelo específico en relación a la pregunta es lo más adecuado y lo que nos va a ayudar a no hacer interpretaciones tendenciosas. Ni hablar de formular una pregunta concreta y clara, haciéndonos cargo de lo que queremos que el oráculo conteste.

Creo, finalmente que es vital ayudar al consultante a formular mejores preguntas, para que nosotros tengamos mejor rendimiento.

Siempre podremos agregar cartas a la tirada si algún punto queda oscuro (a veces pido una carta que me diga lo mismo que salió, pero más fácil) y desde luego una carta consejo si es necesario. Recordemos que en general las personas queremos respuestas fáciles y rápidas, y el tarot no se debería prestar a ese delivery ansioso del capricho humano.


Nicolás Rosas